Documental que denuncia los efectos negativos que provocan los productos agroquímicos y las semillas de soja transgénica que comercializa la empresa más grande del mundo del sector. En síntesis, expone la cara más oscura de la lógica neoliberal, a través de la realidad agrícola de América del Norte y del Sur, especialmente de Argentina.
Hoy Monsanto es el primer semillero de soja, maíz, algodón y productor de agroquímicos del mundo. Quien dice semilla, dice Monsanto, pero también dice alimentos. Es la empresa norteamericana que maneja el mercado mundial de la soja. Es la misma empresa que fabricó PCB, y ocultó durante 50 años que ese aceite era cancerígeno. Es la empresa que produce y que patentó las semillas de soja genéticamente modificadas, para resistir agroquímicos y tempestades, etc.
Dirección: Marie-Monique Robin
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El tema compete a quien se interese en la soberanía alimentaria, el desarrollo científico orientado a la genética, los problemas del campo, la biodiversidad en América Latina y el comercio de productos de consumo básico. La realidad de este fenómeno corresponde con lo que después de la Segunda Guerra Mundial se llamó la Revolución Verde, proyecto que se desarrolló en los Estados Unidos con la supuesta finalidad de combatir la hambruna en los países del tercer mundo e impulsar el desarrollo agrícola de los subdesarrollados mediante la generación de semillas mejoradas de sorgo, maíz, arroz y otros; así como fertilizantes y plagicidas. El proyecto fue iniciado por Norman Borlaug en México, en 1943 en Sonora y en 1963 se convirtió formalmente en el CIMMYT, Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo. Detrás de todo ello está el monopolio del sector agropecuario por parte de un reducido grupo de empresarios entre los que ya se encuentran Bill Gates y Carlos Slim. La supuesta modernización del campo implica continuar con la política de empobrecimiento de los pequeños productores en los principales países, controlar el uso y acceso de estas semillas mejoradas mediante la especulación en su precio, o bien vendiéndola a los gobiernos para que estos las repartan entre sus agricultores y monopolizar el mercado mediante el desarrollo de patentes genéticas de semillas.